Argonauta vencido y doblegado,
Embrujado por tan fabuloso ser.
Irresistible voz a navegar lo ha condenado.
Canto de pléyade, la nave ha de estremecer!
Poderosa fuerza seductora para embriagar,
El día y la noche se funden en la mar,
El juicio nublado y a punto de perder.
El juicio nublado y a punto de perder.
Oh Pisínoe! Con qué estrella se ha de guiar?
Orfeo! Por Zeus, no lo dejes encallar!
Yo quiero Oro, yo quiero plata, pero tambien romper la piñata...slds Konman.
ResponderEliminarKonsejero,
ResponderEliminarno había querido escribir en tu entrada (no es albur) porque no sabía qué comentar, me dejaste sin palabras. Lo único que se me ocurre es felicitarte y mandarte un abrazo.
Saludos.
eah!
ResponderEliminarpero encalla en su pérfido silbar, aún en un segundo se decanta su magia y por el tiempo que quede, en su labriega tierra, en su humilde choza o alto palacio, en los brazos de la mujer amada de la hija adorada, de la madre incólume, en la estrella y la hoja que tierna cae, resuena, resuena, la voz dorada de esa sirena...
ResponderEliminarKonman, qué es de ti. Poco sé, salvo el canto de tu sirena, te deseo que estés muy bien, que te persiga la buena suerte y que me alcance con algún comentario tuyo, que bien me caes y hay un algo que nos une, que mira a la distancia desde tu sala, quizá hacia donde estoy yo. no lo sé, quizá hacia donde va tu memoria o tus sueños o tu corazón. Saludos amigo.
ResponderEliminarSigues ahí?
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